Las conclusiones definitivas de los informes de la Guardia Civil sobre el accidente de autobús ocurrido el pasado 19 de abril en Benalmádena, en el que fallecieron nueve turistas finlandeses y 31 resultaron heridos, ratifican el exceso de velocidad y de alcoholemia del conductor del todoterreno. Fuentes judiciales informaron de que los informes validan los cálculos iniciales de la reconstrucción del siniestro sobre la velocidad a la que circulaban por la A-7 tanto el turismo, a 155,3 kilómetros por hora -el límite en la vía es de 120 kilómetros por hora- como el autocar, a 99,9 kilómetros por hora. También confirman que el conductor del turismo, cuyas iniciales son J.G.R., de 27 años, circulaba con una tasa de 0,49 miligramos de alcohol, el doble de la permitida. Entre las circunstancias que agravaron el accidente figuran, además del exceso de velocidad y alcoholemia del conductor del turismo, el vuelco y choque del autobús contra la valla metálica y el hecho de que la mayoría de sus viajeros no llevaran puesto el cinturón de seguridad. Tampoco lo llevaban puesto el conductor del turismo todoterreno ni su acompañante, según han explicado las fuentes. El accidente ocurrió sobre las 19.30 horas del pasado 19 de abril cuando el turismo circulaba por la A-7 y se salió de la vía por el margen izquierdo, chocó con la barrera metálica y salió proyectado hacia el interior de la calzada, tras lo que colisionó en el carril derecho con la parte posterior izquierda del autobús. A consecuencia del impacto, el autobús volcó sobre su costado derecho e impactó contra la barrera metálica, mientras que el todoterreno se salió de la vía por el margen derecho hasta quedar en una zona de arbolado y tierra. Del análisis del tacógrafo del autobús, se concluye que en el momento de producirse la colisión del turismo con el autobús, éste circulaba a 100 kilómetros por hora, y que la del autocar era de 92 kilómetros por hora cuando chocó con la barrera de seguridad e inició el vuelco sobre su lado derecho.
Fuente: La Opinión de Málaga